Me parece estar viendo al Doctor Doug Ross diciendo: desfibrilador, un, dos, tres, ¡atrás! Es todo un clásico en las series de médicos que tanto éxito tienen entre la parroquia; una escena repetida una y otra vez hasta la saciedad, como si los médicos se pasaran la vida pasando a sus pacientes por el desfibrilador.
Y tenía que llegar, tarde o temprano alguien tenía que inventarlo: un desfibrilador casero en el que hacer las tostadas mientras, imagino, se simula una resucitación en toda regla. Y de alguna manera es así, ya que su diseñador, Shay Carmon, lo propone como una manera de revivir el pan que ha quedado algo seco, y que por obra y gracia de sus placas vuelve a la vida calentito y con ese olor a pan tostado que a muchos nos hace despertar del sueño más profundo.
En las tostadas queda registrado un pequeño detalle que las diferencia de las demás, ya que las típicas marcas de las placas que encontramos en las tostadoras tradicionales, se han sustituido por unas líneas similares a las de un monitor cardíaco. El artefacto es un poco aparatoso y ocupa un espacio precioso en la encimera, pero ese es el precio que hay que pagar por tener un gadget tan friki en la cocina.
Vía | Decoesfera
Más información | Shay Carmon
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Fuente: http://www.directoalpaladars.com/
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