Dicen, quienes los ha comido, que los guisantes lágrima de costa son extraordinarios. Pequeños, que explotan en la boca dejando un sabor muy refrescante. Así se pueden definir estos guisantes que llegan a alcanzar los 200 euros el kilo.
Como todos estos ingredientes gourmet, se trata de una producción muy limitada y artesanal. Unos 150 kilos de producción que deben realizarse de una forma artesanal desde su cultivo hasta su manipulación. De hecho la recolección se realiza desde finales de marzo hasta el mes de julio y de cada kilo recogido se consiguen entre 80 y 90 gramos de guisantes perfectos para su uso.
¿Quiénes son los afortunados? En primer lugar quien pueda pagar lo que cuesta el kilo y sobre todo quien sea capaz de quitarles algún kilillo a los principales cocineros de este paso entre los que se encuentran , Juan Mari Arzak, Martín Beresategui o Pedro Subijana.
Siempre nos quedará el consuelo de comprar esos 900 gramos restantes del kilo a un precio de unos 12 o 14 euros el kilo. Lo cual a pesar de ser bastante caro sigue siendo bastante más asequible para darse un capricho. Y es que el problema precisamente es que solo se cultiva de forma muy aislada en una producción de cinco hectáreas en el norte, en Guipúzcoa.
Para comerlos, indican que se comen prácticamente crudos o con un muy ligero cocinado. Yo seguiré esperando por el momento.
Foto | Aroasc
Vía | Diario de Navarra
En Directo al Paladar | Guisantes, una legumbre que se come cruda
Fuente: http://www.directoalpaladar.com/
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