Hoy en Sabor Gourmet te enseñamos una receta sencilla para que puedas hacer tú mismo el membrillo en casa, sabiendo qué es lo que contiene y os aseguro que con un sabor riquísimo.
En mi casa ya viene siendo una tradición el hacer nosotros mismos el membrillo y poco a poco se ha ido evolucionando la receta. La que hoy os presento es la más sencilla con la que lo hemos preparado y el sabor es espectacular.
Además, el membrillo da muchísimo juego, ya sea en postres, desayunos o meriendas es algo ideal.
Receta
Para esta receta sólo necesitaremos:
- Membrillo (fruta)
- Azúcar
Una vez que ya tenemos todos los membrillos con los que vamos a trabajar, comenzamos a lavarlos.
Cuando los tengáis en la mano podréis percataros de que tiene una suave pelusa que simplemente con el agua no se marchará, por lo que tenemos que frotar así que ayudaros de limpia-uñas, estropajo o lo que os sea más cómodo pero que rasque.
Una vez que los tenemos todos lavados y sin pelusa, los picas en trozos pequeños – medianos. No es necesario que sean trozos exageradamente pequeños ni que nos esforcemos mucho en este apartado.
A continuación, los pesamos y quedaros con esta medida porque la cantidad de membrillo que usemos es la misma cantidad de azúcar que vamos a utilizar, es decir, si la pesa nos indica un kilo de membrillo utilizaremos un kilo de azúcar.
El siguiente paso es escoger la cacerola donde vamos a trabajar el membrillo, es preferible que sea una grande pero siempre en proporción a la cantidad de membrillo que tengáis. Cuando la hayáis seleccionado, echáis en su interior el membrillo y luego el azúcar .
Cerramos la cacerola y lo dejamos macerar durante 24 horas a temperatura ambiente.
Una vez pasado este tiempo, la ponemos a fuego lento alrededor de una hora, pero este tiempo siempre puede variar según la cantidad de membrillo que utilices.
Con esta receta es más difícil que se pegue el membrillo, cuesta menos al removerlo y tampoco salta, que con otras recetas sí y es extremadamente molesto, sobre todo si se te pega en la piel.
Por lo tanto, no necesitaremos remover constantemente pero sí de vez en cuando.
Cuando esté cocido el membrillo, es decir, cuando se pone blandito y va cogiendo color, lo apartas de la cacerola y lo trituras. Tienes dos opciones, pasar la batidora para obtener la crema ó utilizar el pasapurés. Con este último conseguiremos que sea mucho más fina la crema y la piel no pasa, queda por arriba del pasapurés. Lo malo, es que con el pasapurés tienes que poner más esfuerzo, pero os aseguro que merece la pena.
Cuando lo tengas todo listo, selecciona los recipientes en los que quieres guardarlo. Lo mejor que puedes hacer es guardarlo en tupper herméticos para que no entre ninguna humedad y te dure más tiempo.
Nosotros hemos comido membrillo a lo largo de todo el año gracias a estos tupper y se conserva estupendamente.
Como siempre, me encantará leer vuestros consejos o dudas, Bon Appetit!
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